Los poetas tienen el don de transformar las palabras y de ver y mirar el mundo con los ojos extraños. Por tal motivo, es difícil saber qué sueñan estos individuos.
Me parece que la mayoría, por no decir todos, quiere escribir su propio libro y sueñan con ganar el Nobel. Y es que resulta hermoso llegar a completar un libro y publicarlo. Y más hermoso resulta, ser galardonado obviamente.
Otros sueñan con conquistar el amor mediante sus poemas y letras conjuradas. Esto es muy difícil, pues a las niñas de hoy poco les gustan los poemas. Creo que por allí no van sus sueños.
Otros sueñan con llenarse plenamente. Quitarse esas dudas y ser felices.
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba. – Eduardo Galeno.
Y más bien me parece que la mayoría quiere mover al mundo. “Dame un punto de apoyo y moveré el mundo” dijo Arquímedes y no se equivocó. ¿O sí?
La idea es mover el mundo con las ideas y el pensamiento. Mover para sembrar en los corazones. Personalmente, creo que la poesía si podría mover el mundo, en el sentido de mover conciencias, tolerancias y amor.
Autor: Beto Leiva.
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